Escritor, ese maravilloso oficio en el que, por medio de las palabras escritas, una persona produce diversas formas de arte literario: novelas, cuentos, obras de teatro, poesías, artículos periodísticos, etc.
Hay escritores maravillosos, que consiguen transportarte a su mundo, a la historia que cuenta, de una manera casí mágica. De los que consiguen que no seas capaz de soltar el libro que estás leyendo, que aproveches cada rato libre para sumergirte en la historia.
Mientras algunos grandes nombres de la literatura exhiben una vasta obra, a estos 5 escritores de los que os voy a hablar, les bastó con un solo libro para convertirse en referencia obligada.
J.D. Sallinger: «El guardian entre el centeno»
Se dio a conocer con esta, su primera y única novela. Publicada, en 1951, se convirtió en un libro de referencia. Desde entonces, Sallinger se retiró de la vida pública.Después de la novela, publicó tres libros de relatos.
El libro se conoció como «El cazador oculto» en 1961 y como «El guardián entre el centeno» en 1978, fue su obra más famosa. Se hizo muy popular entre los críticos y jóvenes: una novela en cierta medida icónica. La historia la narra, en primera persona, Holden Caulfield, un adolescente rebelde, inadaptado e inmaduro, pero de gran perspicacia. Se dice de la novela que es la única que ha sabido captar lo que es la adolescencia con todas sus contradicciones; la fórmula del carácter del desorientado protagonista la ofrece su propia hermana, Phoebe, cuando le dice que, sencillamente, no sabe lo que quiere. Es, por otro lado, una novela que ha sido curiosamente citada como favorita por algunos asesinos en serie y otros inadaptados.
Después de haber obtenido la fama y la notoriedad con «El guardián entre el centeno», Salinger se convirtió en un eremita, apartándose del mundo exterior y protegiendo al máximo su privacidad. Se mudó de Nueva York a Cornish (New Hampshire), donde continuó escribiendo historias que nunca publicó.
Emily Bronte: «Cumbres borrascosas»
Publicada en 1847 con el pseudónimo Ellis Bell, la novela de Bronte se considera actualmente como un clásico de la literatura. En el comienzo obtuvo duras reacciones de los lectores y los críticos, que vieron en sus páginas una historia deprimente. El tiempo sin embargo hizo justicia.
«Cumbres borrascosas» ha sido llevada varias veces al cine desde la época muda. La adaptación más valorada mundialmente es la que William Wyler dirigió en 1939 con Laurence Olivier, Merle Oberon y David Niven en los papeles protagonistas. Pese a ser, como todas, una versión parcial de la novela, la cinta consigue no traicionar el espíritu de la historia y resulta dramática, romántica y viva.
Harper Lee: «Matar a un ruiseñor»
Basada en las vivencias de su infancia, la novela fue publicada en 1960. Apenas dos años más tarde, ya había sido llevada al cine. «To Kill a Mockingbird» ganó un Premio Pulitzer, ha sido traducido a más de 40 idiomas, y ha vendido más de 30 millones de copias en todo el mundo. Aunque Lee escribió algunos ensayos cortos, nunca trató de publicar otra novela.
la novela es un alegato por la igualdad, la justicia y contra el racismo; y narra la vida en el pueblo de la escritora durante los años de la Gran Depresión. Plantea diferentes conflictos que pueden surgir en la convivencia de las gentes de una ciudad sureña, Maycomb, que se manifiestan en el enfrentamiento entre ricos y pobres, blancos y negros… Como contrapunto a todos los conflictos se alza la integridad de un hombre, el abogado Atticus Finch, que defiende lo que cree justo, y cuya rectitud es puesta a prueba.
Aparte de estos trascendentales temas, se dan otros de fondo que tienen como protagonistas a los niños, sus juegos infantiles, sus miedos sus conflictos y su visión de la vida, que a veces se enfrenta a la de los adultos.
Al igual que el ya fallecido J. D. Salinger, Harper Lee no concede entrevistas y vive retirada tras haber escrito una única novela.
Margaret Mitchell: «Lo que el viento se llevó»
Publicada en 1936, esta novela ambientada en la guerra civil de Estados Unidos es uno de los libros más vendidos de todos los tiempos. Ganó el Premio Pulitzer de ficción en 1937 y fue adaptado al cine en 1939. El primer año vendió 176.000 copias. A finales de 1938, más de un millón de copias. Casi 80 años después de su publicación, el libro vende ahora un estimado de 75.000 ejemplares cada año. Ha sido traducida a 30 idiomas.
La escritora sufrió un accidente en su juventud que le causó una serie de lesiones. Durante la recuperación, empezó a escribir su famosa novela «Lo que el viento se llevó». Empezada en 1926, tardaría en terminarla diez años. Este retrato romántico de la vida en el sur de Estados Unidos durante la Guerra de Secesión contada a través de la historia de una familia georgiana, se convirtió de inmediato en superventas. Como curiosidad, algunos biógrafos coinciden en que el carácter de la autora era muy parecido al de la heroína de su novela Scarlett O’Hara, así como su experiencia sentimental.
John Kennedy Toole: «La conjura de los necios»
Su incapacidad para que una editorial aceptara su manuscrito lo sumió en una profunda depresión que él decidió resolver suicidándose con monóxido de carbono. Años después de su muerte, en 1980, gracias a la insistencia de su madre, el manuscrito vio finalmente la luz. Y «La conjura de los necios» no sólo obtuvo el Premio Pulitzer en 1981, sino que las peripecias de su estrafalario protagonista, Ignatius J. Reilly, se convirtieron en la referencia de una novela de culto.
Toole, y su novela, recibieron póstumamente el Premio Pulitzer de ficción en 1981, y el premio a la mejor novela de lengua extranjera en Francia en el mismo año.
Se ha comentado que la novela esconde una gran parte de la biografía de John Kennedy Toole, ya que refleja una parte de sus vivencias. Toole trabajó en una fábrica de ropa mientras estudiaba, conoció bien el barrio francés de Nueva Orleans, en el que alguna vez ayudó a un amigo a vender comida en un puesto ambulante, y vivió con su madre largo tiempo, incluso después de haber acabado la Universidad. Además, el protagonista, Ignatius, escribía sin parar con la esperanza de crear una obra maestra que cambiase la realidad (como hacía el autor: escribir novelas). Por todo ello, no es difícil pensar que Ignatius J. Reilly era una caricatura del propio autor.
Debo confesaros que solo he leido uno de estos títulos, «El guardían entre el centeno», (aunque alguna versión cinematográfica…si). Pero prometo leer el resto de títulos.
La seman que vienen no habrá post, estaré disfurtando de las Jornadas Archivando 2015 «Valor, sociedad y archivos». Aún estais a tiempo de matricularos, tenemos conferencias muy interesantes!!! Os he dejado el enlace de nuevo, donde está toda la información.
Buen fin de semana!